Siempre me han gustado las canciones populares y el folk, esas composiciones de origen conocido o desconocido pero que permanecen vivas en la memoria de los pueblos. Como decía Manuel Machado:
Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.
Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.
Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.
Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad.
En 1962 Malvina Reynolds escribió esta canción que cuestiona el concepto de aparente normalidad acomodada y conformista. La versión más conocida es la de Peter Seeger, músico de folk estadounidense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario