Y cuando volvió no sólo el dinosaurio seguía allí....había crecido... se había convertido en un engendro de dos cabezas. Aprovechando la confusión, el hartazgo y la estupidez política que reinaba, con disfraz democrático, subió su peldaño y se instaló en su sillón dispuesto a dirigir nuestras vidas.
Poco a poco iba avanzando, no importaba como. Reaparecía una y otra vez, extendiéndose como en la peor de las pesadillas, su racismo, su homofóbia, su transfobia, su corrupción, su censura, dañando las instituciones en nombre de la libertad, acabando con servicios públicos esenciales, imponiendo la ideología neoliberal con recortes y privatizaciones a favor de amigos patriotas, normalizando los discursos de odio; todo ello con cara de moderación.
Se respira un aire de injusticia. Todo vale contra el gobierno: provocaciones, mentiras, bulos….impulsados y repetidos por la prensa y los medios de comunicación comprados por la derecha que son casi todos.
Las desigualdades son patentes en la sociedad, los ricos, las grandes fortunas no dejan de crecer. Los pobres, cada vez más pobres.
La esperanza sigue estando hoy, aún con todas sus limitaciones, en el gobierno progresista liderado por Pedro Sánchez.