No se si aún queda por aquí algún verdadero político de izquierda, de momento me conformaría con que fuera un auténtico demócrata, honesto y buen gestor, que no es poco.
Es incomprensible en pleno siglo XXI que la elección de un secretario general, o la plasmación de sus propuestas programáticas, no se realice por el voto universal y directo de todos y cada uno de los militantes del partido, y no por complicados sistemas de elección por delegación, propios del siglo XIX, que dejan la elección en manos de una minoría de dirigentes personalmente interesados, facilitando la elección por aclamación y la desaparición de otros posibles matices. Asimismo diversos procedimientos internos carecen de transparencia necesaria y todo lo más son llevados a su ratificación por las asambleas sin previos tramites de publicación y debate. El regate corto se impone cotidianamente en la vida partidaria. Los partidos políticos están dejando de ser lugar apropiado para el debate y la reflexión política y cada vez más se están convirtiendo en oficinas de empleo para satisfacer determinadas expectativas profesionales, legítimas por otra parte, si se atuvieran a las reglas del juego democrático.
3 comentarios:
espero que no dure mucho, que sea un verdadero político de izquierdas el que gobierne nuestra comunidad antes de que la dejen morir.
No se si aún queda por aquí algún verdadero político de izquierda, de momento me conformaría con que fuera un auténtico demócrata, honesto y buen gestor, que no es poco.
Es incomprensible en pleno siglo XXI que la elección de un secretario general, o la plasmación de sus propuestas programáticas, no se realice por el voto universal y directo de todos y cada uno de los militantes del partido, y no por complicados sistemas de elección por delegación, propios del siglo XIX, que dejan la elección en manos de una minoría de dirigentes personalmente interesados, facilitando la elección por aclamación y la desaparición de otros posibles matices. Asimismo diversos procedimientos internos carecen de transparencia necesaria y todo lo más son llevados a su ratificación por las asambleas sin previos tramites de publicación y debate. El regate corto se impone cotidianamente en la vida partidaria. Los partidos políticos están dejando de ser lugar apropiado para el debate y la reflexión política y cada vez más se están convirtiendo en oficinas de empleo para satisfacer determinadas expectativas profesionales, legítimas por otra parte, si se atuvieran a las reglas del juego democrático.
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